‘Joven desnudo junto al mar’
(1835-1836), de Hippolyte Flandrin. Museo del Louvre (París)
¿Pero qué hace este hombre desnudo? Discípulo
de Ingres, el pintor neoclásico Hippolyte Flandrin (Francia, 1809-
Italia, 1864) fue becado para estudiar durante cinco años en la Academia
Francesa de Roma, lo que le obligaba a enviar de vez en cuando algún
trabajo que demostrara que sus habilidades progresaban adecuadamente.
Aquí utiliza el cuerpo masculino como excusa para un alarde de dibujo
que en lo formal es pura academia. Pero hay mucho más en él.
¿Por qué es tan bueno? Lo
explica la especialista Carmen González Castro: “Es especialmente bello
por lo enigmático de la situación que describe. No queda claro si algo
ha sucedido o está a punto de suceder, pero en cualquier caso el
desenlace queda fuera de campo. Su postura de introspección y la vista
de su perfil en ese fuerte claroscuro que vela el pecho y el rostro lo
convierten en un icono atemporal”.
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