domingo, 5 de enero de 2020

Los Post Interesantes: "No hay nada de malo en ser diferente"

En ocasiones al visitar paginas de la comunidad LGBT he llegado a encontrar publicaciones muy interesantes, palabras inspiradoras, experiencias de vida de personas bisexuales como homosexuales, a los cuales llegue seguir porque me resultaban muy interesantes, sin embargo pasando un tiempo al querer visitar ese blog o sitio web para ver nuevamente ese post o artículo que llamó mi atención, me encuentro con la sorpresa de que han sido borrados, o en su defecto cerrados los blogs abruptamente, razón por la cual he decidido rescatar los que aún permanecen en el ciberespacio.


 No hay nada malo en ser diferente


Desde que tengo uso de razón me gusta el deporte: correr, moverme, probarme a mi mismo y claro, la sana competencia contra otros, acumular ese cansancio en el cuerpo que lejos de hacerte sentir mal lo disfrutas y ejerce sobre ti una especie de placer. Por otro lado la pintura, el dibujo a lápiz son dos de mis grandes pasiones que desarrollé en mi niñez. La música, ¡Oh los musicales! Realmente disfruto los musicales, el arte en sí es absolutamente increíble.


Creo que cualquier persona que sienta empatía o sea potencialmente buena para uno u otro extremo (incluso para ambos) lo ve como un hecho totalmente intrascendente. Pero, ¿qué pasa cuando aún desde una edad temprana, sin siquiera sospecharlo, somos el blanco de miradas y opiniones respecto a nuestros gustos? ¿Existe una especie de línea imaginaria que no debe cruzarse ni de broma, si es que no queremos ser juzgados o convertirnos en la comidilla de la sociedad?


Ya saben; nuestras aficiones, la ropa que usamos, ser el tema de una conversación incomoda respecto a lo que está bien y lo que está mal. ¿Somos víctimas de nuestro propio meridiano de Greenwich sobre la masculinidad y feminidad? Lamentablemente la respuesta sigue siendo Sí.


Al momento que nacemos automáticamente se nos asigna un color de acuerdo a lo que mandan nuestros genitales; rosa para las niñas y azul para los niños (¡bah! ¡con la variedad que tiene el arcoíris!). Aun sin siquiera saber pronunciar una palabra o ser conscientes del mundo en que vivimos ya se espera algo de nosotros. Crecemos y estas diferencias se van marcando todavía más, limitándonos o empujándonos a hacer cosas respecto a nuestro género.


No es ninguna mentira que naciendo varón nos inscriban en algún equipo de fútbol local a veces sin preguntarnos si en verdad nos gusta o si tenemos aptitudes para ello, si eres mujer creen que debes comportarte como la niña más delicada del planeta y tus accesorios por excelencia tienen que ser aquella cocinita de juguete o esa carriola que debes empujar hasta el fastidio con un muñeco encima.


¿Acaso como hombre si no eres buen deportista estás incompleto, y todas las mujeres nacieron únicamente para ser madres? Pero esto es apenas el comienzo, es en la pubertad y adolescencia cuando se desata el mayor caos.


Ambos sectores nos vemos bombardeados por prejuicios que construyen una barrera enorme y se declara una guerra de diferencias y nos enzarzamos en una batalla donde no solamente a otros/as lastimamos sino que ejercemos muchas veces violencia contra nosotros mismos. Dejamos de hacer alguna actividad que nos gusta, pasar oportunidades únicas y orillados por el miedo al qué dirán. Nos convencemos de hacer otras que sólo nos causan frustración, estrés y daño a nuestra salud mental en general (¡Bendito bullying!).


A un hombre no se le permite llorar ni expresar lo que siente de lo contrario lo tachan de mujercita, niña, maricón, puto, etc. Un desfile de términos alusivos a lo femenino (¿Es esto realmente un insulto?). A una mujer no se le permite ser fuerte, líder o capaz, si lo es, le llegan adjetivos como marimacha, manflora, lesbiana. Curiosamente otras mujeres son las más críticas hacía ellas.


Por fortuna estamos en una transición, épocas de cambio donde somos nosotros quienes tomamos el timón de nuestra vida y poco a poco vamos llevando ese barco que navega en un mar de ignorancia hacía un puerto seguro. La información es nuestra arma más poderosa y hoy en día tenemos más y más acceso a ella.


Tienes que saber que no eres el único/a que tal vez se encuentra en un mal momento. No estás solo/a. Afuera hay muchas personas que luchan día a día contra estos estereotipos que tal vez siempre van a existir. Yo tengo la teoría que no son los estereotipos del todo negativos sino lo que nosotros como sociedad fomentamos sobre ellos y como los ejercemos.


Por supuesto que no está mal que seas mujer vistiendo totalmente “femenina” y te esfuerces por cuidar tu aspecto así como no es malo que siendo hombre sientas gran afición por los deportes. Pero tampoco tiene nada de negativo vestir unos cómodos jeans, no usar maquillaje, disfrutar una cerveza y gritar fuertemente …¡GOOOL! No serás más o menos mujer por esto. Así como ser sensible, bailar estupendamente bien, preocuparte por tu físico y conocer la letra de la canción pop de moda te convertirá en menos hombre.


Ten confianza en ti mismo. No hay nada de malo en ti.



Trata de abrir tu mente y comprender que tal vez muchas personas siguen sujetas a lo enseñado en el pasado, para ellas es muy complicado entender lo positivo de las diferencias y que hay un mundo lleno de diversidad, así como a ti se te complica entender como la gente puede vivir con ataduras mentales y juicios sin conocimiento. Paciencia, esa es la clave.


Vamos, con esto no quiero decir que debes dejar arrollarte, por supuesto que no. El “valiente” llega sólo hasta donde el cobarde quiere.


Existiendo seguridad, información y mucha, muchísima confianza en ti cualquier insulto no te dañará. Crea tu propia barrera, una buena, una que no permita a otros lastimarte. Recuerda, Haters gonna hate y siempre van a estar ahí, lo importante es cuidar y amar a quien debe que ser la persona más importante en el mundo para ti: ¡Tú mismo!


Atrévete a cruzar esa línea y …¡Destrúyela! para que con tu ejemplo el mundo vaya siendo un mejor lugar para otros/as. Mantente siempre fiel a tu persona y esencia, simplemente… ¡Shake it off!


Cinéfilo, lector compulsivo. Creo que en éste mundo lleno de guerra, cualquier demostración de amor debe ser considerada un verdadero milagro

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