En ocasiones al visitar paginas de la comunidad LGBT he llegado a encontrar publicaciones muy interesantes, palabras inspiradoras, experiencias de vida de
personas bisexuales como homosexuales, a los cuales llegue seguir
porque me resultaban muy interesantes, sin embargo pasando un tiempo al querer visitar ese blog o sitio web para ver nuevamente ese post o artículo que llamó mi atención, me encuentro con la
sorpresa de que han sido borrados, o en su defecto cerrados los blogs abruptamente, razón por la cual he decidido rescatar los que aún permanecen en el ciberespacio.
No hay nada malo en ser diferente
Desde que tengo uso de razón me gusta el deporte: correr, moverme,
probarme a mi mismo y claro, la sana competencia contra otros, acumular
ese cansancio en el cuerpo que lejos de hacerte sentir mal lo disfrutas y
ejerce sobre ti una especie de placer. Por otro lado la pintura, el
dibujo a lápiz son dos de mis grandes pasiones que desarrollé en mi
niñez. La música, ¡Oh los musicales! Realmente disfruto los musicales,
el arte en sí es absolutamente increíble.
Creo que cualquier persona que sienta empatía o sea potencialmente
buena para uno u otro extremo (incluso para ambos) lo ve como un hecho
totalmente intrascendente. Pero, ¿qué pasa cuando aún desde una edad
temprana, sin siquiera sospecharlo, somos el blanco de miradas y
opiniones respecto a nuestros gustos? ¿Existe una especie de línea
imaginaria que no debe cruzarse ni de broma, si es que no queremos ser
juzgados o convertirnos en la comidilla de la sociedad?
Ya saben; nuestras aficiones, la ropa que usamos, ser el tema de una
conversación incomoda respecto a lo que está bien y lo que está
mal. ¿Somos víctimas de nuestro propio meridiano de Greenwich sobre la
masculinidad y feminidad? Lamentablemente la respuesta sigue siendo Sí.
Al momento que nacemos automáticamente se nos asigna un color de
acuerdo a lo que mandan nuestros genitales; rosa para las niñas y azul
para los niños (¡bah! ¡con la variedad que tiene el arcoíris!). Aun sin
siquiera saber pronunciar una palabra o ser conscientes del mundo en que
vivimos ya se espera algo de nosotros. Crecemos y estas diferencias se
van marcando todavía más, limitándonos o empujándonos a hacer cosas
respecto a nuestro género.
No es ninguna mentira que naciendo varón nos inscriban en algún
equipo de fútbol local a veces sin preguntarnos si en verdad nos gusta o
si tenemos aptitudes para ello, si eres mujer creen que debes
comportarte como la niña más delicada del planeta y tus accesorios por
excelencia tienen que ser aquella cocinita de juguete o esa carriola que
debes empujar hasta el fastidio con un muñeco encima.
¿Acaso como hombre si no eres buen deportista estás incompleto, y
todas las mujeres nacieron únicamente para ser madres? Pero esto es
apenas el comienzo, es en la pubertad y adolescencia cuando se desata el
mayor caos.
Ambos sectores nos vemos bombardeados por prejuicios que construyen
una barrera enorme y se declara una guerra de diferencias y nos
enzarzamos en una batalla donde no solamente a otros/as lastimamos sino
que ejercemos muchas veces violencia contra nosotros mismos. Dejamos de
hacer alguna actividad que nos gusta, pasar oportunidades únicas y
orillados por el miedo al qué dirán. Nos convencemos de hacer otras que
sólo nos causan frustración, estrés y daño a nuestra salud mental en
general (¡Bendito bullying!).
A un hombre no se le permite llorar ni expresar lo que siente de lo
contrario lo tachan de mujercita, niña, maricón, puto, etc. Un desfile
de términos alusivos a lo femenino (¿Es esto realmente un insulto?). A
una mujer no se le permite ser fuerte, líder o capaz, si lo es, le
llegan adjetivos como marimacha, manflora, lesbiana. Curiosamente otras
mujeres son las más críticas hacía ellas.
Por fortuna estamos en una transición, épocas de cambio donde somos
nosotros quienes tomamos el timón de nuestra vida y poco a poco vamos
llevando ese barco que navega en un mar de ignorancia hacía un puerto
seguro. La información es nuestra arma más poderosa y hoy en día tenemos
más y más acceso a ella.
Tienes que saber que no eres el único/a que tal vez se encuentra en
un mal momento. No estás solo/a. Afuera hay muchas personas que luchan
día a día contra estos estereotipos que tal vez siempre van a existir.
Yo tengo la teoría que no son los estereotipos del todo negativos sino
lo que nosotros como sociedad fomentamos sobre ellos y como los
ejercemos.
Por supuesto que no está mal que seas mujer vistiendo totalmente
“femenina” y te esfuerces por cuidar tu aspecto así como no es malo que
siendo hombre sientas gran afición por los deportes. Pero tampoco tiene
nada de negativo vestir unos cómodos jeans, no usar maquillaje,
disfrutar una cerveza y gritar fuertemente …¡GOOOL! No serás más o menos
mujer por esto. Así como ser sensible, bailar estupendamente bien,
preocuparte por tu físico y conocer la letra de la canción pop de moda
te convertirá en menos hombre.
Ten confianza en ti mismo. No hay nada de malo en ti.
Trata de abrir tu mente y comprender que tal vez muchas personas
siguen sujetas a lo enseñado en el pasado, para ellas es muy complicado
entender lo positivo de las diferencias y que hay un mundo lleno de
diversidad, así como a ti se te complica entender como la gente puede
vivir con ataduras mentales y juicios sin conocimiento. Paciencia, esa
es la clave.
Vamos, con esto no quiero decir que debes dejar arrollarte, por
supuesto que no. El “valiente” llega sólo hasta donde el cobarde quiere.
Existiendo seguridad, información y mucha, muchísima confianza en ti
cualquier insulto no te dañará. Crea tu propia barrera, una buena, una
que no permita a otros lastimarte. Recuerda, Haters gonna hate y
siempre van a estar ahí, lo importante es cuidar y amar a quien debe
que ser la persona más importante en el mundo para ti: ¡Tú mismo!
Atrévete a cruzar esa línea y …¡Destrúyela! para que con tu ejemplo
el mundo vaya siendo un mejor lugar para otros/as. Mantente siempre fiel
a tu persona y esencia, simplemente… ¡Shake it off!
Cinéfilo, lector compulsivo.
Creo que en éste mundo lleno de guerra, cualquier demostración de amor debe ser considerada un verdadero milagro
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