Situaciones Extrañas 4 "Enfrentamiento con un Gladiador"
Fue un domingo en que Afrodita y yo quedamos de vernos para irnos a
divertir viendo lucha libre en la Arena Coliseo en el centro de la
ciudad, con anterioridad habíamos visto la cartelera, para ver a su ídolo
en acción, un luchador cuyo nombre es el "Perro Aguayo", aquel día pase
muy temprano por ella a su departamento, ya que como habíamos hecho costumbre cada vez que nos veíamos terminábamos teniendo sexo, y esa ocasión no fue la excepción; así que después de haberla pasado muy bien (tras habernos aventado un rapidín) y acercándose la hora de la función; rápido nos dimos un baño, nos
perfumamos y preparamos para salir y acudir a la arena a ver la Lucha Libre.
Una vez superada la enorme fila en las taquillas pasamos al interior del inmueble y
nos sentamos justo una fila atrás de la primera, había aún muy poca gente por lo que para matar el tiempo platicábamos
y comíamos unas palomitas (rosetas de maíz), la función realmente se retrasó; la multitud comenzó a desesperarse hasta que tras esperar cerca de una hora al fin comenzó.
Por si
nunca has visitado México asistir a ver la lucha libre en cualquiera de las arenas que hay en el centro del país, aparte de ser espectáculo grandioso y divertido, es muy des estresante para las personas que asisten, ya que pueden liberar toda
su frustración, coraje y gritar todo aquello que traes dentro y dirigirlo hacia a los gladiadores por medio de palabras
altisonantes.
Afrodita emocionada en aquel instante parecía poseída, gritando y
mandando a la chingada a todo aquel luchador que no era de su agrado,
recordandole una y otra vez a su progenitora, por instantes me sentí
apenado por estar con ella jaja, pensaba que la gente diría: y esta pinche loca qué? jaja, pero bueno no me importó y continuamos
disfrutando del espectáculo, pasaron los primeros encuentros o luchas de menor importancia
hasta llegar el momento de la lucha estelar donde se presentaría el ídolo de mi querida novia Afrodita; el presentador subió al cuadrilátero y tras escuchar la música de fondo característica, Afrodita saltó de su asiento y comenzó a gritar cual si se tratara de una estrella de algún grupo de rock, cuando a lo lejos y por el túnel de acceso entro el Perro Aguayo; mi novia parecía derretirse por él, haciéndome sentir un poco celoso por unos
instantes. Miraba con cierto desdén a aquel tipo, hasta que el presentador anunció a quién sería su compañero; y con un
cambio radical en la música de presentación, entró Héctor Garza, un regio-montano (persona que vive al norte del país) al verlo
caminar por el cuadrilátero fue como sentir un rayo cruzando por mi cabeza,
dentro de mi pensé: que hombre tan atractivo, su cuerpo trabajado por
el gimnasio, esa sonrisa pícara, su espectacular espalda ancha, su bien
torneado trasero, su piel color canela, su bigote, su larga cabellera y
fornidos brazos.....Ufff me emocionaron al extremo tanto como para imaginar y
desear que estuviera él a mi lado abrazándome.
Dio comienzo la
lucha sus contrincantes palidecían ante la fuerza y fiereza de ambos
luchadores, pero para mís ojos a lo único que ponían atención era a Héctor, su sudor reflejaba y marcaba sus definidos músculos, mi emoción era
incontrolable, verlo saltar sobre las cuerdas, su increíble carisma y personalidad era
imposible para mí no verlo. Mientras mi novia gritando como loca de pie a un lado mío sin imaginar
lo que por mi mente estaba pasando, en aquel lugar en el que me
mantuve sentado disfrutando de ver a aquel hombre. Tras ver tres caídas y haberse levantado con el triunfo, mi corazón aun no dejaba de
latir tan apresurado tras la emoción, por lo que deje a Afrodita un momento para ir al baño,
cuando al llegar a la taza del baño y bajar mi truza pude notar que mi
pene estaba completamente húmedo y aun goteando el liquido
preseminal y completamente manchado. Que diablos!!!! -pensé, porque
me pasa esto precisamente ahora que estoy tan feliz con Afrodita, quizás en verdad soy maricón.
Estando ya un poco mas tranquilo y habernos retirado ya de la arena y de dejar a Afrodita a su departamento no pude dejar de pensar en lo que había sentido durante los días subsecuentes; esta situación de cierta manera me comenzó a preocupar; y esto se vio reflejado en mi relación con Afrodita ya que con
el paso del tiempo, no pude evitar pensar en
aquel luchador; y en todos aquellos sentimientos que pensé nunca más volverían a surgir, pero este factor no fue el único que comenzó a afectar
nuestra relación, el haber desperdiciado cerca de 2 años en la Universidad, a causa de estarme viendo a diario con Afrodita, me
hizo pensar en que debía pisar el freno, y pensar seriamente lo que quería para mi futuro; pero también en que debería de una vez por todas enfrentar el hecho de que me gustan los hombres y tomar como opción tener una relación con un hombre no
solo sentimental sino sexual para así poder "afianzar" mi "orientación"; y
fue así que al poco tiempo y con todo el dolor en mi corazón tuve que
dejar a Afrodita aquella chica tan genial y divertida, (con la promesa de que tal vez volviéramos a estar nuevamente juntos en un futuro) para de una vez por
todas descubrir lo que realmente pasaba conmigo.
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