domingo, 8 de julio de 2018

El Rescate de Afrodita



Aunque ciertamente no tenia pensado hablar de mujeres al ser un blog donde quiero expresar todas aquellas vivencias inquietudes, sensaciones y/o situaciones que llegaron y me llevaron a descubrir mi atracción sentimental y/o sexual hacia los hombres;  sólo hablaré de las dos mujeres por las cuales realmente me he enamorado en toda la extensión de la palabra, si bien he tenido algunos noviazgos efímeros con otras mujeres solo ellas dos han aportado a su manera conocer la belleza, ternura, comprensión, pasión y placer que ofrece el sexo femenino. La primera fue Carmen de quien hable en un post anterior, la cual fue mi primer novia y con la que por primera vez tuve relaciones sexuales; y la segunda y más importante por haber influido en la peor etapa de mi vida y haberme sacado del abismo en donde me encontraba, y ser el sostén para enfrentar la peor crisis existencial que he atravesado; y no por restarle menor importancia a explorar y disfrutar el verdadero placer sexual que ofrece una mujer. Su nombre: Afrodita.

En aquellos días me encontraba trabajando aún para mi padre, encontrar un trabajo en una empresa resultó ser algo complicado, iba y venia a las entrevistas pero no me contrataban, la desesperación ante tal situación, los problemas económicos, de identidad, de lo que debía hacer con mi vida, me llevaron a un encierro voluntario de algún par de años; terminando sumergido en un ambiente brumoso entre música gótica y pensamientos sobre suicidio, fue cuando de la nada mientras me encontraba sentado cerca de una fuente descansando después de terminar el trabajo y contemplando el vaivén de la gente; cuando a unos cuantos metros sentada en una banca frente a mí se encontraba la chica que cambiaría mi vida. Recuerdo que llevaba un hermoso vestido floreado, su piel blanca y cabello rojizo largo ensortijado con múltiples pecas en su rostro no dejaba de mirarme hacia donde me encontraba; y al cruzarse nuestras miradas vasto solo ese pequeño instante para descubrir que existía algo especial entre nosotros, de las miradas surgieron las risas y de las risas el atrevimiento, se puso de pie camino hacia en donde me encontraba se sentó a un lado mi y me preguntó mi nombre.

Con voz titubeante y tartamudeando por momentos le respondí y se presento conmigo, era de lo más genial mirarla, sus ojos reflejaban ese interés por mi, notaba claramente como podía observar dentro de mi alma, durante varios minutos nos quedamos los dos en aquellas fuente platicando de todo y nada, hasta llegado casi el ocaso del día; el momento de la despedida estaba por llegar pero no sin antes intercambiar números de teléfono para quedar de vernos en otro día para seguir conociéndonos.

Al tener tiempo de sobra ya que no asistía más a la Universidad, la compañía de Afrodita en aquellas tardes en aquel mismo parque junto a la fuente hizo que me olvidara de todos mis problemas inclusive de pensar en hombres su cándida sonrisa y carácter firme fueron la mezcla perfecta para iniciar lo que sería la relación de pareja, más bella y duradera que he tenido. Pero no sólo alivio el dolor y lleno le vacío que llevaba por dentro, me dio ánimos para seguir adelante y regresar de nuevo a la Universidad, y fue así que sin formalizar un noviazgo como tal comenzamos a quedar de vernos la mayoría de los días de la semana, siendo varios de estos para utilizar el tiempo para estudiar a pesar de mi apatía por dejarlo y  de utilizar ese tiempo en nosotros.

Fue tal su ímpetu por hacer que yo saliera adelante que aquel esfuerzo fue recompensado, llevé a cabo el examen para reingresar y había sido aceptado y, Sí!!, estaba de vuelta en la Universidad, ella se encontraba tan feliz que decidimos que debíamos festejar, así que con un enorme esfuerzo ahorre algo de plata e invite a Afrodita a un buen restauran. El día convenido llegó y aquel día que fui por ella para cenar y verla con aquel elegante vestido fue como estar contemplando a un ángel; bella y radiante no podía creer la suerte que tenía. Después de pasar un rato muy ameno sentados en aquel restauran y de disfrutar una cena que saciaría nuestro apetito por el momento, surgió otra necesidad más urgente que hasta ese momento habíamos pospuesto; había quedado por demás claro y entendido con lo que me hizo Afrodita en ese lugar ya que al estar ambos sentados frente a frente en la mesa por debajo de esta ella estuvo frotando con su pie en medio de mis piernas.

Terminando una vez el postre y saliendo de aquel restauran mientras caminábamos por la acera disfrutando de aquella velada tan hermosa, Afrodita se detuvo delante de mí; y mirando fijamente a mis ojos, acercó su rostro y sus labios a un costado de mi mejilla y con su suave voz me susurró al oído: Quiero que me hagas tuya vamos a mi departamento. Tomándonos de las manos y con un paso un tanto presuroso llegamos al edificio, subimos despacio las escaleras mientras nos comportábamos como un par de niños hablándonos melosamente hasta llegar a la entrada de su apartamento, tomó su llave abrió la puerta y una vez que entramos; y cerrar con cerradura fue en ese momento como si ella se hubiera convertido en otra persona, se abalanzó sobre mi, quedando yo aprisionado entre la puerta y ella, besándome con frenesí, mientras con una de sus manos me tenia acariciando mi pene y testículos sobre el pantalón.
 

En ese momento la cargo tomándola por su trasero, quedó suspendida en mi abrazándome con sus piernas y la lleve hasta su habitación, donde caímos los dos sobre aquel suave colchón, nos detenemos solo un instante para despojarnos de la ropa (ya que la pasión nos quemaba por dentro), quedando completamente desnudos en cuclillas sobre la cama; Afrodita se sienta sobre mí y nuevamente nos besamos, cuando siento derivado del fuego que nos consumía y la espera por este momento como entierra sus uñas en mi espalda mientras frota su pubis contra mi pene que se encontraba completamente erecto.
 
Era extraño el sentir de aquellos rasguños y presión de sus uñas contra mi piel, era un dolor rico y muy excitante; así que la tome nuevamente de sus nalgas y espalda a fin de sentir sus senos sobre mi cuerpo y piel; mientras besaba su cuello una y otra vez hasta marcarle algún par de chupetones. En ese instante se detuvo y me empujó un tanto brusco que quedé de espaldas y recostado en ese colchón; Afrodita se incorpora y queda recostada sobre mi mientras me besa la mejilla hasta llegar al lóbulo de mi oreja, mordiéndolo con algo de fuerza, pero no me importó el dolor que me ocasionó y deje que continuara explorando con sus labios el resto de mis pectorales y abdomen.

Hasta llegar cerca de mi pubis y tomar con sus pequeñas manos mi pene masturbándolo y lubricándolo con el líquido preseminal causando ese sonido (parecido cuando se despegan y pega la piel  a causa de algún líquido pegajoso) que me excitaba aun más, cuando con sus dedos tomo parte de aquel liquido del deseo y lo untó alrededor de mis labios para después volverme a besar. Momentáneamente se detuvo y sentada sobre mí Afrodita introduje mi pene completamente endurecido lentamente en su húmeda y tibia vagina, suavemente comenzó a bajar hasta quedar sentada con todo mi pene dentro de ella, quedando inmóvil por unos segundos ella se giró??!! quedando de espaldas, ofreciéndome un placer que nunca había sentido (al hacer ese giro parecido a cuando giras un tornillo fue una sensación indescriptible), pero no sería la única sorpresa que me depararía esa noche, ya que quedando aun en esa posición y levantándose unos cuantos centímetros, pude sentir como su vagina tenia aprisionado mi pene con movimientos parecidos a cuando aprietas y sueltas algún objeto con la mano; su vagina parecía haberse convertido en una mano más, por instantes me era imposible mover mi pene pues se encontraba en las fauces de una vagina que parecía tener vida propia. No pude evitar decirle que se detuviera la excitación me tenia al borde de casi terminar; al escuchar mis palabras ella volteó regalándome una traviesa sonrisa y nuevamente se giro!!??, mis ojos debieron quedarse totalmente en blanco, pues no soportaba el inmenso placer que me  hacia sentir la hacerme eso. Una vez quedando de frente nuevamente se quedó inmóvil, tome con mis manos sus tiernos y erectos senos y comencé a acariciarlos hasta arrancarle gemidos de placer; Afrodita correspondiendo me aquel gesto hacia ella nuevamente comenzó a literalmente ordeñar mi pene, así que con una de mis manos empecé a frotar su clítoris que parecía el pistilo de una flor, y así mientras ambos nos dábamos placer mutuo y después de aguantar lo más que pudimos contener el clímax, ambos terminamos en medio de gemidos y contorsiones provocados por el placer.

Pero esto no terminó aquí ya que terminamos haciendo el amor durante toda la noche hasta casi el amanecer, amanecer que resulto ser por mucho el más bello de toda mi vida. Quien iba pensar que aquella chica de rostro inocente y mirada tierna ocultaba un lado salvaje, uno que me llevaría a experimentar placeres aún en ese entonces desconocidos para mi. De ahí en adelante parecía que nuestra relación nos llevaría a pasar el resto de nuestras vidas juntos; cierto tenia un empleo y tal vez no uno con el cual pudiera ofrecerle una buena vida a Afrodita, sin embargo esta relación fue contraproducente, ya que las ansias de siempre estar juntos me llevaron a perder cerca de 2 años en la Universidad  en la cual recién había ingresado, nuestra relación se concentró en solo satisfacer nuestros más bajos instintos; cada vez que nos veíamos buscábamos algún lugar para tener sexo, sea un parque, algún elevador, algún salón de clases vacío, cualquier lugar donde pudiéramos estar solo los dos, habíamos perdido toda perspectiva, hasta que por azar del destino y empezando ya el tercer año de la Universidad, un suceso y sentimiento familiar hizo por completo despertar aquel lado reprimido.

Continua en Situaciones Extrañas..3.......Enfrentamiento con un Gladiador.






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