domingo, 10 de junio de 2018

Miradas que Desnudan el Alma


Sabes puede que esto te haya pasado, en alguna ocasión te has perdido en la mirada de una chica o un chico totalmente extraño, lo observas no porque te llegue a gustar físicamente sino porque sientes una especie de conexión, atracción ó ¿acaso se tratará de un coqueteo inocente?. Algunos lo llaman sexto sentido que es la capacidad de intuir, de mirar hacia adentro de y que todos los seres humanos poseemos, aunque en algunos más desarrollado que en otros. 

Una de mis amigas de la Universidad me envió este video en donde llevan a cabo un "proyecto" llamado Miradas que en realidad parece un experimento social en donde se pretendía comprobar precisamente qué ocurriría si, en lugar de apartar la mirada, se sostenía dejándose llevar por el momento.


El experimento “Miradas” trata de demostrar que, si en lugar de sólo ver, miramos lo que tenemos al lado, si nos detenemos a observar con interés, podemos provocar una conexión auténtica y real con el otro. De hecho, a los 20 voluntarios, sólo les bastó una mirada para acercarse, para provocar en ellos sonrisas cómplices, risas nerviosas e incluso encontrar el consentimiento del otro para acariciarle e incluso besarle. Al preguntarles lo que habían sentido, todos irradiaban ilusión y felicidad e incluso algunos, manifestaron que lo que habían sentido, sin duda era lo más parecido al amor.

No puedo evitar preguntarme que sucedería si en lugar de hacerlo en parejas de hombre y mujer, lo hicieran con parejas del mismo sexo, posiblemente ocurriría lo mismo ó tal vez no, pero en el supuesto de que sí, sería una prueba irrefutable de que el amor no tiene género, y en el supuesto de que no, la razón es simple, los prejuicios sociales programados serían el factor para evitar o reprimir ese sentimiento. Todos tenemos esta capacidad de amar sin distinción pero nos educan a elegir entre blanco y negro.


Y a quién no le ha pasado en alguna ocasión perderse en la mirada de un hombre o de una mujer, se siente en ese instante que hay una especie de energía que te hace sentir feliz; pareciera que el mismo tiempo se detiene en ese instante. Lo cual me recordó la primer vez en que mi mirada se perdió con la de otro chico, tendría alrededor de 15 años me encontraba sentado en una banca del parque descansando después de jugar basquetbol; cuando vi cruzar una sombra delante de mí; levante la vista y me quede mirando aquel chico que venía caminando solo; y no podiamos dejar de vernos, al irse apartando me sonrió y continuo su camino, ¿que había sido eso? -me preguntaba-, en ese tiempo iniciaba mi adolescencia y tu sabes es una etapa donde no comprendes muchas cosas aún.

Pero lo más curioso sucedió después!! para mi sorpresa me tope con él de nuevo en el transporte público cuando regresaba a casa. ¿Que rayos me está pasando?, me sentía tan confundido y emocionado al mismo tiempo. Y si ahí estaba él de nuevo mirándome y regalándome esa sonrisa que provocaba que me sonrojara, aún recuerdo su rostro y la simpatía que irradiaba; su mirada parecía que podía ver a través de mi alma, poco tiempo después se levanto de su asiento para bajar del autobús, no sin antes voltear a verme despidiéndose con el gesto de adiós con sus manos. ¿Fue acaso un capricho del destino que me indicaba el camino a descubrir mi bisexualidad? parece ser que sí, nada sucede por casualidad.

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