Miedo a Vivir

El haber visto por una sola vez aquella película, no tuvo un efecto en mí respecto a seguir pensando en chicos, claro por no tenerla en mis manos jaja, si la tuviera quizás otra cosa seria, pero no es así y aquel sentimiento nuevamente se retiro o por lo menos volvió a su estado de latencia.

La ola de nuevas sensaciones seguía golpeándome con fuerza; y un día llegó lo inevitable, me enamoré perdidamente y no, no fue de un chico sino de la chica que para mí era la más bella y hermosa del salón, el solo contemplar su sonrisa provocaba en mi que una especie de electricidad recorriera todo mi cuerpo, verla día a día llenaba mis días de alegría. 

Es curioso pero a veces pasamos por desapercibidas a ciertas personas en el ir y venir del día a día; y "Rocio" fue una de ellas, por lo menos durante mi primer año de la secundaria, En una ocasión llegué a saludarla no obstante no me había atraído de esa manera.

Cuando un día iniciando el segunda año de la secundaria, entró al salón de clase y me lleve una enorme sorpresa, ¿Quién es esa hermosa? pensé, al ver que era Rocio no lo podía creer, realmente había sufrido una metamorfosis, sin duda aquella oruga había roto el capullo donde se encontraba y se convirtió en una linda mariposa. 

Yo era uno de los pocos chicos a los que le hablaba; y me sentía muy afortunado de que lo hiciera, sin emargo no fui el único en darse cuenta de su transformación.

De repente aquella chica sentada en un rincón se volvió muy popular. Fue entonces que brotó dentro de mi un deseo intenso de estar más cerca de ella, de hablarle, platicar y conocerla aun más ¿pero como hacerlo? realmente no sabía, por primera vez conocí el miedo al rechazo.

Yo era un chico en extremo tímido e introvertido, y sin darme cuenta comencé a verla inalcanzable, empecé a sentir que no merecía estar con alguien como yo... e inevitablemente continúe saboteándome con pensamientos pesimistas.

El tiempo paso y un día al estar en la hora de receso, la vi besándose con un chico...

Durante ese tiempo trate en un par de ocasiones de acercarme a ella pero fue imposible, su novio impedía cualquier acercamiento, así que me di por vencido y a  pesar del dolor, la deje ir. 

Que cobarde fui el miedo me congelo, y evitó que tuviera mi primera novia, quedándome con la opción de olvidarla y concentrarme en la escuela y en el deporte como forma de olvidarla.

 Siendo mi primera decepción me mantuvo varios días triste provocando una grieta en aquella caja fuerte en donde se encontraba encerrado mi otro yo, comenzara a salir; y aquel ser inerte y paciente aprovecharía este suceso para liberarse parcialmente de su encierro.